Me escribió una persona preguntándo si había solución a un problema puntual que le afectaba. Después de chatear un rato, termina diciendome "si no hay solución, entonces no quiero ser el problema".
Crasso error, todos funcionamos bajo los hilos invisibles de causa y efecto, recibimos los efectos que otros producen y a la vez con nuestros movimientos somos el motivo y causa que otros necesitan o reciben. Es es un ciclo natural que no se interrumpe artificialmente,.... a no ser que uno decida hacerlo. La desesperanza se origina de problemas que aparentemente no tienen ninguna solución, principalmente cuando no se logra hacer "lo que uno quiere", "debería", "merecería" o "correspondería" tener. Lo vemos a diario con enfermedades graves y sucias que hacen dudar a cualquiera de qué ha hecho para eso, lo vemos en accidentes nefastos, sorpresivos y dolorosos, y también lo vemos en situaciones de extorsión permanente, en dónde la persona cae en un túnel que le impide ver vías de acción o salida.
Una situación de extorsión no solamente se asocia a la amenaza de perder o sufrir por algo en la medida que no cumpla con una exigencia impuesta por otro; una de las extorsiones mas frecuentes , y peligrosas, es cuando alguien planta en la mente del otro una amenaza, un miedo, una sensación de pérdida sin siquiera atacarlo o decirle verbalmente sus intenciones, una extorsión invisible que apela normalmente a lo emocional. Es colocar un sello de agua y apoderarse de emociones y sensaciones de una persona, controlarla en beneficio del controlador, o en beneficio de nadie, sólo por el placer de controlar. Pero cómo? mediante "la actitud", el hablar desde el lenguaje corporal, la intimidación en un movimiento o en la ausencia de estos, en la mirada o en la falta de atención. Los magos son buenos en esto, me he percatado que varios usan su lenguaje corporal para encandilar y mantener en vilo a una audiencia que espera el truco, intimidan con su aparente poder con el fin de asombrar a sus espectadores.
Pero no todo es tan inofensivo como el caso de los magos. La extorsión del tipo que menciono, lleva a la desesperanza cuando no se tienen las herramientas de personalidad necesarias para enfrentarla. El temple, el autocontrol, y el enfocar la situación libre de fantasías mentales negativas o exageradas ayudan a tomar el control y enfrentar crisis ante extorsiones (o secuestros) .
Cuando alguien es víctima, no sabe que su victimario ya dejó de verlo como persona, ya es "impersonal", y cree una y otras vez que es posible solucionarlo apelando a "su buen corazón". Yo no me arriesgaría a una apuesta así. Ante eso, primero hay que entender que la impersonalidad con que el otro vé a la víctima no se soluciona con un llanto o una llamada, al contrario, lo alienta. Se soluciona con técnicas precisas de conducta que involucran un control mental, de personalidad (de si mismo) y un condicionamiento del victimario en forma casi quirúrgica para neutralizarlo, incluso enfrentándolo bajo resguardo adecuado.
Cuando alguien dice que una situación como esta "no tiene solución", esta equivocado, eso es justamente lo que el victimario quiere hacerle creer. Él ganó en esa situación.